Como bien es sabido, en las casa japonesas el calzado se deja en la entrada. Eso hace que muchas veces me piense en ponerme unas Converse, difíciles de poner como ellas solas, y que tenga especial cuidado con los tomates de los calcetines.
Igualmente en las casas donde habita mucha gente, como es la mía, hace que la entrada se parezca mas a una zapateria de segunda mano. Y cuando hemos echo alguna fiesta con 20 o 30 invitados… la entrada ya es la fiesta padre. Y la búsqueda de tu calzado, una autentica aventura….
sobre todo a la salida de la juerga, que estaréis todos mamados y no habrá diox quien encuentre su calzado correspondiente (me sé de un Zoco que no le importaría ponerse calzado en las orejas en una noche de juerga)